Un desvío a Córcega... Descubrimos una confitería tradicional.
Todo empezó con un manjar...
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Un desvío a Córcega... Descubrimos una confitería tradicional.
Todo empezó con un manjar tradicional, una joya de sabor que se disfruta entre la tierra y el mar: una mandarina confitada. Pero hay un secreto escondido en esta fórmula: la \"mandarina integral\", que captura toda la riqueza y sutileza del cítrico.
Sobre la piel, la suavidad acariciadora de la mandarina se ve realzada por una faceta de \"azúcar cocido\", un aroma dulce que toma forma en torno a un absoluto de haba tonka y un toque de siempreviva dorada y picante, que recuerda el aliento seco del maquis.
Tierra rebelde que a veces rechaza el corazón, Córcega se deja llevar voluntariamente por el cuello. Y el perfumista Quentin Bisch lo intuyó mejor que nadie.
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