Un encantador retrato de cera en memoria de Napoleón Bonaparte.
Trudon revive la encantadora tradición de las...
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Un encantador retrato de cera en memoria de Napoleón Bonaparte.
Trudon revive la encantadora tradición de las esculturas de cera, más coleccionables que consumibles. Durante el Consulado, Napoleón Bonaparte (1769-1821) sabía que debía ser retratado para ganarse a los franceses. Se utilizaron todos los medios, desde la escultura hasta las tabaqueras y los abanicos. La multiplicidad de objetos que llevan la efigie del Emperador o representan símbolos imperiales constituyó un extraordinario medio de propaganda de la leyenda napoleónica.
Tamaño: 24 cm
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